jueves, 25 de marzo de 2010

una buena lectura


Del “Libro de la vida y de la muerte”, OSHO
Alguien que ha amado y conocido una relación puede estar solo. Ahora su estar a solas tiene una calidad totalmente distinta, no es soledad. Ha vivido en una relación, ha colmado su amor, conocido al otro, y conocido a sí mismo a través del otro. Ahora puede conocerse a sí mismo directamente, no necesita el espejo.
Piensa en alguien que nunca haya visto un espejo.
¿Puede cerrar sus ojos y ver su rostro?
Imposible.
Ni siquiera puede imaginar su rostro, ni meditar sobre él.
Pero una persona que ha llegado ante un espejo, que se ha mirado en él, que ha conocido su rostro a través de él, puede cerrar sus ojos y ver el rostro en su interior. Eso es lo que sucede en una relación. Cuando una persona entra en una relación, la relación refleja y llegas a sabe muchas cosas de ella misma que ni siquiera sospechaba.

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